martes, 25 de noviembre de 2014

EL PODER DE LOS INTROVERTIDOS


"El poder de la introversión es la callada persistencia". Susan Cain

El título de esta entrada puede parecer un poco extraño, pero lo explico de inmediato. Resulta que en mi incansable y un poco obsesiva, todo hay que decirlo, búsqueda de consejos y experiencias de escritores conocidos, y no tanto, acerca de este noble arte, encontré un video muy interesante que tiene ya varios años en la red, por lo que es posible que a algunos les sea familiar, y a quienes no, bueno, me alegra poder compartirlo con ustedes porque lo encuentro muy enriquecedor, y no solo respecto en lo que a la escritura o lectura se refiere, sino a la vida en general.

Durante muchos años me consideré una persona muy tímida, con un mundo interior complejo que me resultaba muy difícil compartir, y cuando lo hacía, era a través de la escritura, una de las disciplinas en las que me siento más cómoda. Con la edad, experiencias y el conocimiento, caí en la cuenta de que en realidad no soy tan tímida como pensaba, ya que no tengo problemas para socializar, o al menos para hacerlo a un nivel... digamos razonable. Lo que ocurre es que soy una persona introvertida, y cuando me di cuenta de ello sentí como si me hubiera quitado un peso tremendo de los hombros porque comprendí que no tengo un problema que me impida comunicarme con el mundo, sino que simplemente tengo mi propia manera de hacerlo, que no hay nada de malo en ello, y que además esta particularidad, que por cierto comparto con millones de personas alrededor del mundo, se constituye en una gran ventaja cuando se usa como una herramienta para sentirnos felices con quienes somos y ofrecer a la sociedad aquello que podemos y queremos compartir.



Susan Cain es una escritora estadounidense que compartió un libro llamado, precisamente, El poder de los introvertidos, en el que habla acerca de sus experiencias como una persona introvertida en el mundo actual, uno que, debemos ser honestos, es muy ruidoso, y puede resultar un tanto chocante y difícil de manejar para quienes apreciamos y necesitamos la calma para expresar nuestras ideas. Pero en realidad lo que quiero compartir hoy no es este libro, que recomiendo por lo interesante del tema, sino un video de una charla TED que Susan dio hace ya varios años y que me ha fascinado por un montón de motivos.

Voy a dejarles el video al final para que quien guste pueda verlo completo cuando así lo desee; dura casi veinte minutos, lo que puede parecer mucho, pero les prometo que se ve en un suspiro y les dejará con una sensación muy gratificante. Sin embargo, me gustaría compartir algunas cosas acerca de él, las que más me han impresionado y espero que cuando lo vean, si se animan, podamos coincidir con algunas.



Desde un inicio, me fascinó el hecho de que la expositora iniciara la charla contando una anécdota de su infancia con la que tantos podemos sentirnos identificados, en especial los amantes de los libros, que aquí somos mayoría, ¿verdad? Susan cuenta que cuando la mandaron a un campamento de verano cuando era una niña, ella llevó una maleta con ella, una llena de libros, ya que proviene de una familia que ama la lectura. Entonces, imaginen su sorpresa cuando descubrió que esa actividad que le procuraba tanta alegría era vista como algo extraño entre sus compañeras y monitores, quienes la alentaron y empujaron a dejar esa maleta en un rincón porque ella quería "encajar", esa peligrosa palabra tan usada y que puede ser tan dañina, en particular cuando se usa de forma impositiva, y aún más cuando se trata de niños. Es sencillo dejarse arrastrar por lo que la mayoría prefiere, y es innegable que en la actualidad el mundo se rige en gran medida por las normas impuestas por una sociedad que parece haber sido hecha para personas extrovertidas, donde mientras más ruido hagamos, mejor aceptados seremos. Se ve todo el tiempo en las escuelas, donde las actividades grupales, que pueden ser maravillosas, y eso es innegable, sustituyen con frecuencia esos espacios de tiempo personal que todos necesitamos sin importar nuestra edad. Lo mismo en los trabajos, y reitero que el trabajo en equipo es fantástico, pero a veces se necesita un espacio propio para que las mejores ideas fluyan y estas puedan ser luego desarrolladas en el bien de la empresa. Y así como en la escuela y el trabajo, podemos encontrar que se da lo mismo casi en todas las áreas de nuestras vidas, incluidas las redes sociales, por citar un ejemplo muy actual.

Lo que la expositora resalta en su charla, y con lo que estoy al cien por ciento de acuerdo, es que este mundo extrovertido en el que vivimos hoy es genial, tiene muchas ventajas y nos permite llegar a más personas con más facilidad en casi todo el mundo, pero no podemos olvidar el poder de la individualidad y que todos aquellos que apreciamos darnos un tiempo propio en solitario no debemos sentirnos culpables por ello o permitir que esa supuesta incapacidad social nos limite de ninguna forma. Susan se ponen como ejemplo como una persona que en su desesperada necesidad de "encajar" abandonó durante muchos años su sueño de escribir, y que solo cuando lo retomó, cuando fue por él aceptándose como era y feliz por ello, se encontró con esa niña que sintió que al dejar la maleta con sus libros en ese campamento de verano los abandonaba y, haciéndolo, se abandonaba también a sí misma. 

Durante toda la charla, Susan lleva consigo una maleta, y no es hasta el final que sabemos lo que contiene. Quizá lo adivinen por todo lo que he dicho, pero no lo revelaré del todo porque me encantaría que se animaran a ver el video y lo descubran por ustedes mismos; estoy segura de que todos se sentirán muy contentos al ver de qué se trata y, desde ya, les digo que deseo siempre tengan a mano el contenido de sus propias maletas y no duden en usarlo siempre que lo deseen. Aquí el video:



domingo, 16 de noviembre de 2014

YO SOY MALALA de Malala Yousafzai y Christina Lamb



Cuando los talibanes tomaron el control del valle de Swat en Pakistán, una niña alzó su voz. Malala Yousafzai se negó a ser silenciada y luchó por su derecho a la educación. El martes 9 de octubre de 2012, con quince años de edad, estuvo a punto de pagar el gesto con su vida. Le dispararon en la cabeza a quemarropa mientras volvía a casa de la escuela en autobús, y pocos pensaron que fuera a sobrevivir. Sin embargo, la milagrosa recuperación de Malala la ha llevado en un extraordinario periplo desde un remoto valle en el norte de Pakistán hasta las Naciones Unidas en Nueva York. A los dieciséis años se ha convertido en un símbolo global de la protesta pacífica, y es la nominada más joven de la historia para el Premio Nobel de la Paz. "Yo soy Malala" es el excepcional relato de una familia desterrada por el terrorismo global, de la lucha por la educación de las niñas, de un padre que, él mismo propietario de una escuela, apoyó a su hija y la alentó a escribir y a ir al colegio, y de unos padres valientes que quieren a su hija por encima de todo en una sociedad que privilegia a los hijos varones. "Yo soy Malala" nos hace creer en el poder de la voz de una persona para cambiar el mundo.



"Soy de un país que nació a medianoche. Cuando estuve a punto de morir era poco después del mediodía"

La primera vez que oí mencionar a Malala fue en un noticiario, cuando la noticia de su brutal ataque dio la vuelta al mundo. Como casi todas las personas que se habrán enterado entonces de la existencia de esta niña y el horror que le tocó vivir, me sentí impactada y muy apenada por ella; pero es verdad que no conocía mucho acerca de su corta vida, de qué le había llevado exactamente a convertirse en el blanco de esa banda de fanáticos religiosos dispuestos a cometer semejante atrocidad contra ella. Entonces, una amiga bloggera, Jota Esquivias, subió una entrada en su blog en que compartió información, así como algunos de los artículos que Malala publicó en su propia página antes del ataque, en el que hablaba acerca de lo que la impulsó a crear ese espacio para así denunciar las muchas injusticias en su país, en particular el hecho de que la educación estaba y está aún, prácticamente vedada para las niñas. Esto la puso en la mira de organizaciones terroristas que no solo la amenazaban una y otra vez, sino también a su padre, un activista y educador con una fuerte conciencia social que inculcó a su hija el amor por la libertad y el poder de la educación. 

Desde luego, me mantuve muy a la expectativa de los progresos de Malala, atenta a las noticias acerca de su recuperación, y  me provocó mucha alegría saber que evolucionó de forma rápida y satisfactoria, que ella y su familia encontraron un lugar seguro en Inglaterra, y que continuaba con sus ideales inamovibles y más fuertes que nunca. Su naturaleza de líder nata, su capacidad de abrir su corazón al mundo y obligarlo a reflexionar le han convertido en un símbolo de la importancia de la educación y el derecho que todo niño tiene desde su nacimiento a ser educado y recibir una formación que los convierta en personas preparadas para enfrentar el mundo y contribuir a mejorarlo.



Yo soy Malala, su autobiografía escrita con la colaboración de Christina Lamb, ha sido un éxito de ventas, y me alegra haber podido comprarla y devorarla en los últimos días. Estoy fascinada por todo lo que he podido aprender, no solo de esta chica extraordinaria, sino también acerca de su familia, en particular de su asombroso padre, y sobre todo porque siento al fin que he logrado conocer al menos un poquito más acerca de su compleja cultura, una que a nosotros al otro lado del mundo nos resulta extraña, demasiado misteriosa y con tal tendencia a los extremos que puede ser muy difícil de comprender.

El libro empieza narrando de forma clara y precisa el día del brutal ataque, podemos acompañar a Malala en ese viaje que se presentaba como uno más a la escuela en un autobús viejo y descuidado que llevaba a unas niñas cargadas de ilusiones que se vieron de pronto atacadas por un grupo de irracionales que ven en peligro sus absurdas prácticas porque creen que las niñas no deben recibir educación. Desde allí, empezamos un viaje para conocer la vida y el entorno de esta niña desde antes de su nacimiento, nos presenta a su padre, un hombre que puede ser considerado extraño en su cultura ya que cree firmemente en la igualdad de géneros y que, cuando su hija nació, eligió criarla de forma libre, ignorando a aquellos que se lamentaban porque no hubiera  nacido niño o que se negaban a celebrar su vida como se acostumbra hacer en su cultura con los recién nacidos varones. Conocemos de primera mano la cultura paquistaní, su nacimiento, sus creencias y costumbres, así como su convulsionada política y lo difícil que resulta encontrar un balance en un país en que la religión divide más de lo que une. 



Si antes apreciaba y respetaba a Malala por su valentía y arrojo, después de leer este libro me he visto tocada por las muchas historias que encierra; la suya, la de su familia, y la de cada paquistaní que busca la paz y que comprende que esta solo puede encontrarse por medio de la igualdad, tolerancia y respeto al prójimo. No importa cuáles sean nuestros géneros favoritos, o hasta que punto lleguen nuestros conocimientos acerca de un tema tan complejo, creo que este es un libro maravilloso en su sencillez y la facilidad con la que nos descubre una historia de dignidad y lucha que debe ser leída; lo recomiendo de todo corazón. 

jueves, 6 de noviembre de 2014

10 CONSEJOS DE ESCRITURA DE JOSS WHEDON



Encontré este interesante texto en la red, y me pareció que debía traerlo por aquí para compartirlo con ustedes. Adoro a Joss Whedon, como creador y como ser humano; creo que es uno de los escritores más lúcidos, talentosos y comprometidos con el mundo que existen en la actualidad. Me fascina su capacidad para crear tramas complejas de la nada y entregárnoslas convertidas en grandes series o películas; creo que muchos de mis personajes ficticios favoritos fueron creados por él y no es casualidad que la mayor parte de ellos fueran personajes femeninos porque Whedon ha declarado más de una vez lo importante que le parece dar vida a mujeres de carácter y con una vida interior muy compleja y profunda, algo que por lo general no se ve mucho, incluso en estos tiempos. Estos consejos que comparto fueron concebidos para guionistas, pero creo que aplican a todo tipo de escritores; espero que los encuentren tan interesantes como yo. 



1 . TERMÍNALO

“Terminar es lo que voy a poner como primer paso. Puedes reírte de esto, pero es verdad. Tengo muchos amigos que han escrito dos terceras partes de un guión y luego lo reescriben durante tres años. Terminar el guión es, primero, lo más difícil que hacemos, y, segundo, lo más liberador. Aunque no sea perfecto, incluso si sabes que vas a tener que volver al manuscrito, escribe hasta el final. Tienes que tener un pequeño cierre”.

2. ESTRUCTURA

“Estructura significa saber a dónde estás yendo, asegurándote de que no divagues. Algunas grandes películas han sido realizadas por “divagadores”, como Terrence Malick y Robert Altman, pero esto no está tan bien hoy y no lo recomiendo. Yo soy un adicto a la estructura. De hecho, me hago diagramas.¿Dónde están las bromas? ¿Las emociones? ¿Y el romance? ¿Quién sabe qué y cuándo? Necesitas que estas cosas ocurran en el momento correcto, y eso es que lo que construye tu estrctura: la manera en la que quieres que el público sienta. Diagramas, gráficos, rotuladores de colores… Cualquier cosa que significa que no vas a ciegas es útil”.

3. TEN ALGO QUE DECIR

“En realidad, esto debería estar en el número uno. Incluso si estás escribiendo una copia de Die Hard tienes algo que decir sobre una copia de Die Hard.  Es sorprendente el número de películas que no son lo que se proponen ser. Es raro, sobre todo en los géneros, encontrar una película con una idea y no solo “esto les conducirá a un montón de grandes escenas”. La isla (The island, Michael Bay, 2005) se convierte en una película de persecuciones de coches, y los momentos buenos son cuando están los clones y tú dices: ¿qué se siente al ser estos tipos?”



4. TODO EL MUNDO TIENE UNA RAZÓN PARA VIVIR

“Todo el mundo tiene un punto de vista. Todo el mundo en tus escenas, incluyendo el matón que va al lado del malo, tiene una razón. Cada uno tiene su propia voz, su propia identidad, su propia historia. Si nadie habla de una manera en la que no solo se preparan para las líneas del siguiente personaje, entonces tú no consigues el diálogo: tienes soundbites (frases precocinadas). No todos pueden ser divertidos, no todos pueden ser dulces, no todos pueden ser una delicia, pero si tú no sabes lo que es todo el mundo y por qué ellos están ahí, por qué ellos sienten lo que están sintiendo y por qué están haciendo lo que estás haciendo, entonces tienes un problema”.

5. CORTA LO QUE AMES

“Aquí hay un truco que aprendí muy pronto. Si algo no funciona, si tú tienes una historias que has construido y te bloqueas y no puedes resolverlo, toma tu escena favorita o la mejor escena o la gran escena y córtalo. Es brutal, pero a veces inevitable. Esto podría significar volver atrás, pero cortar la escena es normalmente un enorme ejercicio de liberación”.

6. ESCUCHA

“Cuando seas contratado como un script doctor [figura que arregla, revisa... guiones], por lo general es porque el otro guionista no puede llegar a un nivel superior. Es cierto que los guionistas son reemplazados cuando los ejecutivos no saben qué otra cosa hacer, y es terrible, pero el quid de la cuestión es que la mayoría de los guiones en los que he trabajado, lo he hecho porque tanto si lo necesitaban como si no, me estaban permitiendo hacer algo bueno. A veces alguien está bloqueado, es testarudo, está tan trabados en su cabeza que no pueden ver a la gente que los rodea. Es muy importante que sepamos cuándo aferrarnos a nuestras pistolas, pero también es muy importante escuchar absolutamente a todo el mundo. La persona más estúpida en la habitación podría tener la mejor idea”.



7. SIGUE LOS SENTIMIENTOS DEL PÚBLICO

“Tienes una meta: conectar con tu público. Por lo tanto, tú debes seguir lo que siente tu público en todo momento. Uno de los mayores problemas a los que me enfrento cuando veo las películas de otras personas es que digo: “esta parte me confunde” o lo que sea, y ellos me dicen: “pretendo decir esto”, y ellos siguen adelante con sus intenciones. Nada de esto tiene nada que hacer con mi experiencia como parte del público. Piensa como piensa el público. La gente piensa que las proyecciones de prueba (test screenings) son terribles y es porque muchos estudios son muy estúpidos al respecto. Se asustan si hay que rodar algo de nuevo o van y dicen: “Brazil puede tener un final feliz” y eso es una historia de terror. Pero se puede hacer un montón en este sentido”.

8. ESCRIBE COMO UNA PELÍCULA

“Escribe la película tanto como puedes. Si algo es exuberante o extenso, tú puedes describirlo creciente; si hay algo que no es importante, simplemente supéralo de una forma concisa. Permite que se lea como una película, eso es lo que más funciona para ti, para el director, y para los ejecutivos: ¿cómo será esto cuando lo pongamos en la pantalla?”

9. NO ESCUCHES

“Ya te he dado un consejo sobre escuchar, ahora te doy el consejo contrario, porque al final el mejor trabajo viene cuando alguien jode al sistema: hace algo inesperado y dejar que nuestra voz personal entre dentro de la máquina de dirigir una película. Elige tus batallas. Tú no conseguirías ser Paul Thomas Anderson o Wes Anderson, cualquiera de estos tíos, si todos estos directores siguieran el mismo patrón falto de originalidad. Pero el proceso te conduce en esa dirección, un proceso de homogenización, y tienes que luchar un poco contra esto. Hubo un punto en que mientras estábamos haciendo Firefly, yo le pedí a la cadena que no tocase cosas: ellos estaban comenzando a hablar sobre un show diferente”.



10. NO TE VENDAS

“El primer centavo que gané, lo ahorré. Así me aseguré de que nunca tuviese que tomar un trabajo simplemente porque lo necesitaba. Yo aún necesito trabajos, por supuesto, pero he sido capaz de tomar aquellos que yo quise. Cuando digo esto, incluyo Waterworld. La gente dudará, pero era una idea maravillosa para una película. Cualquier cosa puede ser buena. Incluso El último héroe americano podría haber sido buena. Hay una idea en algún lugar en casi cualquier película: si tú puedes encontrar alguna que te guste, entonces hazlo. Si no puedes, no importa lo hábil que seas haciendo algo que no te guste: a eso se le llama prostituirse”.