miércoles, 27 de agosto de 2014

BUENAS Y NUEVAS



Siento que hace mucho tiempo no comparto ninguna noticia de mis andanzas literarias y no es que no tenga nada por compartir, sino que esperaba un buen momento para hacerlo, y creo que este lo es. 

Terminé uno de mis proyectos más ambiciosos, uno que me llevó un par de años concretar, y del que me siento muy orgullosa. En realidad, puse la palabra "Fin" hace unos meses, pero tengo la costumbre de enviar los escritos a dormir el sueño de los justos antes de empezar la corrección, la misma que he terminado también y resultó mucho mejor de lo que esperaba; o al menos una vez que retomé el hilo ya que en un inicio cuesta, pero luego de unas cuantas relecturas y golpes de cabeza contra el teclado, puedo decir que está tal y como lo deseaba. ¿Siguiente paso? Desde luego, viene decidir qué  hacer con ella y, tras pensarlo un poco, muy poco en realidad, he optado por publicarla de forma independiente ya que es un proyecto muy personal y siento que necesito tener tanto control sobre él como sea posible. El nombre de la novela es Enlazando el destino. Tengo tantas ganas de compartirla con todo el mundo que no puedo esperar, y si Amazon lo permite, seguro que cuando lean esta entrada habré conseguido ponerla en línea. Así que dedos cruzados, corazón abierto, y esperanzas a tope. Por lo pronto, aquí la portada, la sinopsis y la ficha en Goodreads, herramienta que me tiene en proceso de aprendizaje.



Claire Jones es una joven abogada con un prometedor futuro, un empleo envidiable y una sólida relación con David, el hombre que ama. Cree ser feliz y considera que su vida es casi perfecta… pero guarda un secreto que no se atreve a develar. Durante los últimos dos años se ha visto acosada por sueños que le muestran un pasado que no le pertenece, pero por el que no puede evitar sentirse atraída. Es testigo de una historia de amor que le intriga y enloquece a partes iguales, insegura acerca de quién es aquella mujer del pasado a quien ve perdidamente enamorada y cuál es la identidad del hombre por el que ha decidido abandonarlo todo.

Cuando el mejor caso de su carrera le es asignado y se ve frente a la posibilidad de hacer realidad sus ambiciosos planes de ascenso en la firma para la que trabaja, cree que está frente a un momento crucial de su vida, uno en el que los sueños no tienen cabida. Lo que no puede imaginar es que está a punto de encontrarse con su destino, el mismo que se presenta ante ella en la forma de Simon, un detective de policía que parece decidido a obligarla a replantearse toda su existencia y la seguridad de sus sentimientos.

¿Quién es la mujer de sus sueños? ¿Qué papel juega Claire en su torturada vida? Y aún más importante… ¿Quién es realmente Simon? Atrapada entre el mundo de sus sueños y el presente, no solo deberá enfrentarse en la corte a un oponente inesperado al luchar por la libertad de su peligroso defendido, sino que se verá también dividida entre la realidad y lo que considera una ilusión.

Aquí su ficha en Goodreads:

Enlazando el destino

Y, gracias a los maravillosos consejos de Lourdes, he logrado hacer un Booktrailer que me gusta mucho y que creo capta el espíritu de la historia.



Bueno, ha sido genial escribir esta historia, lo he disfrutado mucho, a ver qué pasa; crucen los dedos por mí y muchas gracias por estar allí. Ah, antes de que lo olvide porque tengo memoria de pez, si alguien está interesado en leerla y reseñarla, que me pegue un grito o... no, mejor que me deje un mensaje por aquí y yo me pondré en contacto, que hay que aprovechar estos tiempos modernos. Ahora sí, me despido y como han sido tan amables de llegar hasta el final de esta entrada, dejo té y galletitas.




martes, 12 de agosto de 2014

OCHO REGLAS DE ESCRITURA DE NEIL GAIMAN



1. Escribe

2. Pon una palabra tras otra; encuentra la palabra adecuada y escríbela.



3. Termina lo que estas escribiendo. Sin importar lo que tengas que hacer para terminarlo, termínalo.

4. Déjalo a un lado. Léelo pretendiendo que nunca antes lo hubieses leído. Muéstraselo a tus amigos cuya opinión respetas, y a quienes les gusta el tipo de cosa que esto es.



5. Recuerda: cuando la gente te dice que hay algo que está mal o que no funciona para ellos, casi siempre están en lo correcto. Cuando te dicen qué es lo que está mal y cómo arreglarlo, casi siempre están equivocados.

6. Arréglalo. Recuerda que, tarde o temprano, antes de que siquiera se acerque a la perfección, tendrás que dejarlo ir y empezar a escribir la siguiente cosa. La perfección es como perseguir el horizonte: mantente en movimiento.

Biblioteca personal de Neil Gaiman


7. Ríete de tus propias bromas.

8. La regla principal de la escritura es que si lo haces con la suficiente convicción y confianza, tienes permitido hacer lo que quieras. (Esa puede ser una regla para la vida así como para la escritura. Pero definitivamente es cierta para la escritura). Así que escribe tu historia como necesita ser escrita. Escríbela honestamente, y cuéntala de la mejor manera que puedas. No estoy seguro de que hayan otras reglas (al escribir); no, al menos, que importen.

martes, 5 de agosto de 2014

ETHAN FROME: EDITH WHARTON



En el pueblo de Starkfield un joven ingeniero permanece  durante el invierno por cuestiones de trabajo. La vida allí no es muy entretenida y no hay mucho que hacer pero cuando una mañana nota la presencia de un hombre llamado Ethan Frome enseguida se interesa por este misterioso personaje que acude diariamente a la oficina de correos.

La gente del pueblo no le ofrece demasiada información acerca de su vida con lo cual su interés aumenta pero una noche, durante una gran tormenta tendrá su gran oportunidad para conocerle mejor. Y es que se ve obligado por el temporal a refugiarse en la mismísima casa de Ethan Frome donde comenzará a conocer su historia.

Durante la noche se les ofrecerán todos los detalles de cómo estando casado Ethan Frome se enamoró de otra persona y en qué medida estará esto relacionado con un gran accidente que le deformó el cuerpo. Una historia de amor imposible que sus protagonistas vivieron de forma oculta.



En cuanto vi este libro me lo llevé a casa sin detenerme siquiera a leer la contraportada; bastó ver el nombre de la autora para saber que debía leerlo. Y es que me pasa algo curioso con Edith Wharton; le tengo una fe tremenda que me inspiran muy pocos autores, lo que no deja de ser un mérito especial considerando que solo he leído dos de sus obras; La edad de la inocencia, quizá la más conocida, y ese magnífico ensayo llamado Construir una novela, que en su momento reseñé y conservo como  libro de cabecera.

Al leer la sinopsis, supongo que no se puede dejar de pensar, al menos por un instante, que la trama no tiene mucho de original, que un oscuro triángulo amoroso puede parecer moneda corriente y te preguntas qué es eso especial que ofrece Edith Wharton al contarnos la historia de Ethan Frome. Para empezar, algo que me gusta mucho de Wharton es que parecía sentir la necesidad de hacer llegar al lector la fibra más sensible de su particular talento como narradora sin por ello perder la objetividad para con sus historias y personajes; tenía tan claro su rol como escritora y disfrutaba tanto haciéndolo que es imposible no percibirlo, y eso se agradece. Ella nos presenta a un primer personaje, un joven ingeniero de paso en el condado imaginario de Starkfield, en Nueva Inglaterra, que un poco aburrido por la poca actividad del lugar en pleno y terrible invierno, siente una tremenda curiosidad por un personaje al que ve pasar cada día a la misma hora por la oficina de correos; Ethan Frome. Este granjero, muy pobre y a todas luces atormentado que apenas muestra algún gesto cordial con quienes le rodean, arrastra las secuelas de un espantoso accidente. Entonces, el joven ingeniero no resiste la tentación de indagar acerca de él, pero los residentes del pueblo no desean darle razón del tema, y quiere la fortuna que en un momento deba contratar los servicios de Frome para que le lleve a algunos lugares para visitar por su trabajo, hasta que en uno de aquellos viajes se ven en la necesidad de refugiarse de una tormenta en la casa del granjero. Y es entonces cuando empezamos a conocer la historia de este enigmático personaje.



A partir de aquí, Wharton nos presenta Ethan Frome por medio de una narración en tercera persona, cuando la desgracia ya le había golpeado con la pérdida de sus padres en horribles circunstancias y le había obligado a abandonar sus sueños de ser ingeniero y dedicar su vida a la sacrificada jornada del campo. Pero las desgracias no han terminado para el protagonista, porque se ve de pronto en medio de un delicado triángulo amoroso junto a su esposa Zeena, una mujer enferma, un poco amargada y con quien apenas puede comunicarse, y la joven sobrina de esta, Mattie, que llega para ayudar en las labores de la granja, pero cuyo carácter alegre y abierto termina conquistando a Ethan. Lo más interesante de esta situación tan complicada es que casi todo lo que ocurre se desarrolla a nuestros ojos por medio de lo que Ethan comparte, porque conocemos sus sentimientos, pero lo relacionado con Zeena o Mattie, es tan sutil, se nos presenta en forma de miradas, frases lanzadas al aire con un significado escondido y tan difíciles a veces de interpretar, que no puedes evitar sentir que estás perdiendo de algo, amén de esa atmósfera de tragedia que está siempre presente. Además, sabes que algo malo se avecina, pero no puedes adivinar cuándo o en qué circunstancias ocurrirá, lo que te deja con una sensación de inquietud durante toda la novela. 

El final es sorprendente, de esos que te dejan en shock total y que tardas un poco en asimilar; pero tiene un significado muy lógico que nos recuerda lo difícil que es la vida y cuán complejos somos los seres humanos. Si aún no se han animado con esta fantástica autora, los animo a darle una oportunidad; este libro en particular es muy corto y nos le defraudará en lo absoluto.





"Siempre había sido más sensible al encanto de la belleza natural que la gente que le rodeaba. Sus estudios inconclusos habían moldeado esa sensibilidad y, hasta en los momentos de mayor desdicha, el campo y el hielo le hablaban con persuasión profunda y convincente. Pero la emoción había sido hasta entonces como un dolor silencioso que velaba de tristeza la belleza que evocaba.”